El Hatha Yoga se ha practicado en forma de diversas variantes durante siglos. Dentro del Hatha Yoga existen varias ramas o estilos de yoga, entre los que se encuentra el Ashtanga Vinyasa. La práctica del Ashtanga se basa en una secuencia fija de posturas o asanas que, según parece procede de un texto milenario llamado Yoga Kurunta. El gran maestro Krishnamacharya extendió su práctica por todo el mundo, haciéndose tan popular en occidente, que personas con estilos de vida tan diferentes como estrellas de cine o corredores de bolsa confían plenamente en sus magníficas propiedades. ¿Cómo se explica que una práctica tan exigente y agotadora haya ganado tanta popularidad en una cultura tan caracterizada por un estilo de vida sedentario y basado en el consumismo?
El Maestro insistía en el hecho de que la práctica de las asanas podía curar dolencias y contribuir a modificar el estilo de vida del practicante, y ha sido esta creencia la que ha acabado convirtiéndose en el pilar principal del yoga moderno. Aunque Krishnamacharya no viajó nunca a occidente, sus estudiantes han exportado sus enseñanzas con gran éxito. Los cuatro discípulos que contribuyeron a traer el yoga a occidente son Pattabhi Jois, Indra Devi, BKS Iyengar y su hijo, TKV Desikachar. Su legado completo todavía permanece inédito. En muchos casos sus técnicas se han convertido en métodos estándar de yoga. Se caracteriza por la combinación de técnicas de respiración y posturas para crear una meditación en movimiento, la elaboración de una práctica con un orden escrupuloso y la importancia de las posturas invertidas.
La práctica del Ashtanga se basa en una secuencia fija de posturas o asanas
Parece ser que el Yoga Kurunta describía tres series de posturas: la Yoga Chikitsa (yoga terapéutico), que conocemos como "serie principal"; la Nadi Sodhana (purificación del sistema nervioso), conocida como la "serie intermedia"; y la Sthira Bhaga (estabilidad sublime), la "serie avanzada". Las posturas de cada serie están unidas por movimientos específicos que actúan como contrapesos, conocidos como "vinyasa". Estas tres series representan probablemente el tipo de páctica de yoga más riguroso desde el punto de vista físico. Otra característica clave del Ashtanga Yoga es el uso continuado de técnicas conocidas como respiración Ujjayi y Bandhas a lo largo de la sesión de yoga. Estas técnicas liberan mucho calor, favoreciendo la secreción de sudor purificador y permitiendo estirar el cuerpo con el menor riesgo de lesiones.
Entre los primeros beneficios de la práctica del Ashtanga yoga está la mejora del equilibrio y de la coordinación, un estado físico más saludable, despierto, lleno de vitalidad y energía. Mejora también la postura corporal. A largo plazo los beneficios que notarás son una respiración tranquila y una mejora de la digestión y la calidad del sueño. A nivel psicológico, tu estado de ánimo, tu comportamiento y tu modo de enfocar la vida cambiarán. Al principio estos cambios pueden ser un aumento de la energía mental y una mejor capacidad de concentración. Más adelante verás que el Ashtanga yoga te proporcionará una sensación de fuerza interior, concentración y estabilidad, lo que te capacitará mejor para enfrentar el estrés y los altibajos diarios.
Se caracteriza por la combinación de técnicas de respiración y posturas para crear una meditación en movimiento
El Ashtanga Yoga se ha convertido en uno de los estilos de yoga más de moda en occidente. Muchas celebridades conocidas lo practican y mucha gente lo considera una forma de conseguir un físico atractivo, tonificado y musculoso. El aspecto acrobático y estético de las asanas también atrae e impresiona a muchos. Puede que el Ashtanga Yoga también nos resulte atractivo debido a nuestro espíritu competitivo: es fácil comparar nuestra práctica con la de otra persona o ver el Ashtanga como otro objetivo ambicioso en nuestra atareada vida. Si eres principiante, deberás tener paciencia. Practica a tu ritmo. Algunos practicantes de este tipo de yoga pasan por un periodo de práctica intensa durante el cual tienden a adquirir una actitud obsesiva, sobreestimulada o incluso agresiva. Es importante tener claro que la práctica yóguica no tolera en absoluto una dedicación obsesiva o excesiva. Si te duele al hacer una postura o te frustras por no hacerla mejor, quizá sea el momento de detenerte y replantearte tu manera de enfocar la práctica, modificar las posturas o limitar el uso de bandhas, ya que pueden sobreestimular tu sistema energético.
Si eres principiante, deberás tener paciencia. Practica a tu ritmo.
Aunque hay una serie de excepciones notables, la mayoría de personas que practican Ashtanga yoga tienen entre veinte y cuarenta años. En principio, es una práctica para gente joven, aunque si has practicado Ashtanga durante muchos años, verás que puedes seguir sin problemas cuando tengas una edad avanzada. Sin embargo, si tienes alrededor de sesenta y quieres empezar a practicar yoga, lo más recomendable es un estilo de yoga más moderado. Pattabhi Jois recomienda que las personas mayores se dediquen más al pranayama que a las asanas y que, si deciden practicar Ashtanga, se olviden de la vinyasa.
(Extraído del libro "Astanga Yoga en casa - Una técnica energética para mejorar la salud física y conseguir la calma interior" de Tara Fraser)
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